La Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur) ha anunciado que presionará al Gobierno hasta que decida abrir las fronteras para la entrada de turistas internacionales, ante el peligro de desperdiciar una nueva temporada alta, que supondría un enorme y negativo impacto económico para el sector turístico, con pérdidas de hasta ocho millones de dólares estadounidenses al día.
«El turismo receptivo representaba al año (previo al estallido de la pandemia) una parte importante del turismo nacional en cuanto a aporte a la economía, permitiendo ingresos por 3.000 millones. Hoy, por cada día que Chile mantiene las fronteras cerradas a los extranjeros, el país y el sector pierden ocho millones de dólares», ha asegurado el presidente de Fedetur, Ricardo Margulis.
Desde la federación turística critican que el gobierno chileno no haya establecido un plazo ni definiciones concretas para la apertura fronteriza, situación que mantiene a importantes destinos turísticos del país como Magallanes, Aysén, San Pedro de Atacama y la Región Metropolitana sin demanda para funcionar, ya que el turismo nacional no es suficiente para cubrir la mayor parte de la oferta. Normalmente, los mayores emisores de turistas a Chile son Argentina, Brasil, Bolivia y Perú, seguidos por Europa y Estados Unidos.
Según informa el portal turístico TouriNews esta decisión gubernamental se debe más a razones políticas que sanitarias, dado que las cifras positivas de la pandemia en Chile no invitan a mantener este tipo de barrera a la entrada de viajeros extranjeros al país.
Además, esta situación afecta al posicionamiento y competitividad del sector turístico chileno frente a touroperadores internacionales, turismo de negocios y ferias que, ante esta situación de aislamiento, están optando por otros destinos.