Una promesa, un sueño, un sentimiento malvinero inexplicable y un viaje que unió mas que kilómetros a un corazón bien Argentino. La historia del viaje del Profe Juan José Acuña.
Me gusta contar historias, por eso creo que elegí esta carrera, en este caso es más fácil hablar de él porque es un amigo y cuando inauguré esta sección llamada Nómade quise contar vivencias de vecinos y vecinas de este pueblo en diferentes partes del mundo. Hoy viajamos a las mismísimas Islas Malvinas pero en un viaje contado en primera persona por el Profe J. como le digo yo. Se trata de Juan Acuña, un vecino de esta ciudad que tiene el corazón enorme y es alguien muy querido. Desde su trabajo en el club Cumbres hasta la Planta de Campamento de Hua Hum, su unión con la docencia y la curiosidad de conocer la historia desde el mismísimo lugar de los hechos lo llevan a descubrir nuevos rumbos.
Cuando me comentó de su viaje, lejos estaba la intención de comprender todo lo que significaba hasta que me contó con la pasión en los ojos el por qué de este viaje:
Los invito a despejar la mente un rato y meternos juntos en esta hermosa historia.
«El viaje lo comencé el 2 de enero al medio día, con la idea de llegar hacer noche en Esquel, Lago Puelo o Gobernador Costa. Si bien planifiqué por las ciudades y pueblos que quería pasar y conocer, no tenia un estimativo de cuando y a que hora, ya que estaba de vacaciones» dice Jota mientras sigue doblando elementos que acaba de bajar de su auto, que fue la casilla de vida de estos últimos días.
«Traté de dejar de lado la estructura de horarios que habitualmente llevo durante el año. La única fecha que tenia presente era el sábado 13 que volaba a las islas (Malvina), desde Rio Gallegos. Como que lo pensé mas del lado, aprovecho a conocer el Sur Patagónico y a medida que me voy acercando a la fecha, tambien lo voy haciendo en distancia…. Finalmente llegue a Gobernador Costa, pueblito chico que pude conocer casi de noche, me quede en el camping municipal y al otro día seguimos ruta» expresó a Lacar Digital.
» Digo seguimos ruta, porque previamente había hablando con un amigo que iba a estar viajando por aquellos lados, lo loco de todo que ambos planificamos el viaje casi con el mismo itinerario. Con el recorrimos parte de la 40 como los Antiguos, Parque Patagonia (cuevas de las manos), Chalten y hasta un poco de Chile, puerto Rio Tranquilo (Capillas de Mármol). Luego de algunos dias compartidos cada uno siguió con su viaje, conocí el glaciar Perito Moreno y finalmente llegue a Rio Gallegos el día 12. Me quede en un hotel esa noche y al otro día volé a la Isla Soledad. El vuelo tardó unas una hora y media y venia de Punta Arenas (Chile) con la empresa Latam Chile. Una vez llegado al Aeropuerto Mount Pleasant que es totalmente militar, nos prohibieron tomar imágenes o filmar. Ahi sentí que estaba cumpliendo mi sueño que desde chico anhelaba y que lo veía muy lejos de poder hacer… No tengo ningún familiar, ni conocido que haya estaba combatiendo en el 82, pero algo de mi interior me llamo siempre a saber mas y poder algún día de mi vida estar ahi… En la Isla hay dos hoteles y algunas casas de familias que te alquilan una habitación, yo elegí la segunda opción y llegue a la casa de un hombre de Chile que en toda la semana me atendió muy bien» dijo.
«Juanito de la puerta para adentro son Islas Malvinas, de la puerta para afuera son Islas Falkland»
Un llamativo mensaje del chileno: » Lo primero que me dijo fue «Juanito de la puerta para adentro son Islas Malvinas, de la puerta para afuera son Islas Falkland» y ahi me di cuenta con lo que me podía encontrar afuera. Gonzalo esta persona que me hospedo me llevo al cementerio Argentino que queda en Darwin aprox. 30 km del pueblo, conocí la Bahía San Carlos 50 km aprox del pueblo, Cabo San Felipe, Pozos de Zorros y Trincheras… (pongo las distancias, para que dimensionen lo grande que son las islas, muchas veces las comparamos con el continente y parece diminutas, pero no lo son).
Todavía quedan retazos de dolor y guerra en las Islas
«Si bien el momento mas fuerte hasta el momento había sido pisar la isla, llegar a las trincheras y ver pequeñas cosas de nuestros soldados fue muy fuerte.. encontré suelas de zapatos, retazos de ponchos, pantalones, cartuchos de balas (algunos usados y otros intactos) esquirlas, marmitas, tenedores, cuchillos, suela de zapatillas flechas, y hasta biromes «Bic» con agujeritos en un extremo… claro era la bombilla para el mate. Si bien desde que pise la isla me hicieron sentir un turista, automáticamente en ese momento sentí estar en mi tierra. Uno de los dias decidí caminar por montes Longdon, pasar al dos hermanas, y luego Tumbledown (aprox. 20 km totales) lugares críticos de mucho enfrentamiento en la guerra y me di cuenta que solo habían placas y monumentos de ellos… claro son montes turísticos. De nosotros solo encontré cocinas del BIM 5 y algún que otro cartucho que dejan apropósito para que el turista se sorprenda. Es por eso que decidí volver a las trincheras y seguir encontrando restos de nuestros soldados» dijo Juan Acuña a Lacar Digital.
«En las islas te hacen sentir todo el tiempo turista, extranjero y hasta que vos sos el que esta mal. No son todos pero si hay gente muy nacionalista y si bien paso hace mucho tiempo la guerra, sigue todo muy latente. En los lugares nadie habla español pero todos o la gran mayoría sabe hablarlo, ya que en la única escuela hay materia Español».
«Sabia con que me podía encontrar y mi objetivo era primero no faltarle el respeto a nadie y segundo poder llegar al cementerio argentino».
«En el viaje fuimos aprox. entre 15 o 16 argentinos, entre ellos 3 neuquinos. te imaginas que cuando te los cruzas por algún lado de las islas, lo sentís como hermano. Con muchos hice una amistad. fue asi que volví a las trincheras con una Argentina que quería ver las cosas que había en las trincheras y aca pasamos un mal trago ya que un Kelpers que pasaba nos fotografió, cabe resaltar que a ellos no les gusta que estemos ahi, pero no hay ninguna ley que te prohíbe estar ahi».
El que busca encuentra
La curiosidad de Juan y su pasión por el tema lo hicieron vivir algo más en la isla: «Por otro lado siento que fui un afortunado de conocer al capitán Arca alias Cacha, piloto de la fuerza aérea que combatió en las islas en el 82 (vino a dar una charla a San Martin justo meses antes de mi viaje) y su avión cayo en puerto Argentino. Si bien estando allá a los que les preguntaba me decía que ya no existía ningún resto, un día me fui a caminar y termine encontrando parte de una turbina y el motor de su avión.
para mi fue un gran logro!!!» indicó emocionado.
La vuelta, el amuleto y el sueño de cumplir la promesa
«Al momento de regresar al continente, tuvimos que llegar con 8 o 9 horas de anticipación, antes de que salga el vuelo».
«Una vez llegado al continente, comencé a hacer la ruta 3, en donde pase por Puerto Santa Cruz, Puerto San Julián, Camarones y Puerto Madryn. El viaje completo lo hice en 24 dias. Si bien como antes mencione de chico me llamaba la atención las islas y siempre tuve la intención de planificar el viaje para ir. Fue una promesa terminar de cerrar el viaje para ir, si Argentina salía campeón del mundo en Qatar 2022 y si bien estar en las islas era importante, dejar un amuleto en el cementerio era mi gran objetivo, y por suerte lo pude cumplir· explicó.
«Mi vínculo con el deporte es muy cercano ya que soy profesor de Edicación Física, me gusta mucho recorrer, conocer y aprender, mas cuando se habla de nuestra historia, de las cosas que nos unen como argentinos. Lo único que me gustaría es que no se pierda la historia, que perdure en el tiempo en cada generación porque tengo el presentimiento que algún día volverá a flamear nuestra bandera en las islas» cerró.
// Si tenes una historia para contarme escribime lacardigital@gmail.com en ASUNTO poneme Nómade y listo //