En un escenario nacional dominado por la grieta y la parálisis política, Neuquén se posiciona como un ejemplo de gestión planificada y resultados concretos. Con austeridad y eficiencia administrativa, la provincia logró sostener la construcción de escuelas, hospitales y rutas, además de ampliar la seguridad y fortalecer el sistema de salud.
El modelo neuquino no se limita a la infraestructura: también se afianza en becas estudiantiles como las Gregorio Álvarez y en la expansión universitaria en el norte provincial, generando más oportunidades para los jóvenes. Todo esto, en un contexto en el que la Nación retuvo fondos y frenó la obra pública.
Sin embargo, persiste un problema estructural: la desigualdad en la coparticipación federal. Neuquén aporta energía y recursos a la Argentina, pero recibe apenas 51 pesos por cada 100 que entrega al Tesoro Nacional. El gobernador Rolando Figueroa advierte que una Ley Federal de Coparticipación es clave para corregir esta inequidad y acelerar el desarrollo provincial.
De cara a las elecciones legislativas de octubre, el desafío recae en los futuros representantes en el Congreso, quienes deberán defender el federalismo y garantizar que los recursos vuelvan en obras y bienestar para los neuquinos.