
En la esquina de Villegas y Elordi, donde hoy se levanta el casino de San Martín de los Andes, funcionó durante décadas uno de los comercios más recordados por los vecinos: Casa Kraitman, un negocio de ramos generales que abrió sus puertas en 1925, fundado por Israel Kraitman y Erna Hassler.
En una fotografía compartida por su nieto Horacio Kraitman, se ve la fachada original del edificio: Su zócalo de piedra, los árboles que daban sombra a la vereda y los palenques donde los clientes ataban sus caballos. Esa imagen, probablemente de 1935, encierra una época entera: cuando las calles eran de ripio, las acequias cruzaban las esquinas y las compras eran también un momento de encuentro.
Los comentarios de vecinos en el grupo San Martín del Ayer reconstruyen la vida de ese lugar:
“Ahí trabajaron mis tíos Ester y Roque Riquelme.”
“Era el sitio obligado para comprar zapatos, pilchas, cebollas, maíz… ¡había de todo!”
“Recuerdo los caballos atados en la vereda y la amabilidad de Don Israel.”
“Mi mamá compraba los útiles del colegio ahí, qué nostalgia.”
“Yo trabajé en Casa Kraitman en los setenta, eran muy amables, gente buena.”
Cada testimonio aporta una pieza de la historia compartida. Algunos recuerdan el aroma a cuero y harina; otros, las tardes de charla, la atención familiar y el sonido del suelo de madera. Era un comercio donde se podía encontrar de todo: ropa, alimentos, herramientas, lanas, calzado y hasta provisiones para el campo.
“Los caballos atados y los catangos con sus bueyes en la vereda… traían leña y llevaban mercadería”, escribió María Blaas, resumiendo el pulso de aquel pueblo en crecimiento.
La Casa Kraitman fue mucho más que un negocio: fue un punto de encuentro y parte viva de la identidad local. Su espíritu quedó grabado en la memoria colectiva y, años más tarde, hasta el propio edificio volvió a cobrar protagonismo, aunque con otro destino.

El empresario Robert Heller, relató que cuando se decidió trasladar el establecimiento del Hotel Sol al centro, se eligió justamente el viejo edificio de Casa Kraitman, “una antigua tienda de artículos de cuero que acababa de cerrar en ese momento”.
El arquitecto Oscar Chartruc, de San Martín de los Andes, fue quien diseñó la remodelación, y el contratista Tommy Thompson, exjugador de rugby, llevó adelante la obra.
Las normas municipales exigían que el nuevo edificio mantuviera un estilo bávaro o tirolés, y así el viejo almacén de ramos generales se transformó, conservando parte de su historia bajo una nueva fachada.


Desde San Martín del Ayer y Lacar Digital queremos rendir homenaje a la familia Kraitman y a todos los vecinos que trabajaron y a su clientela de aquel lugar entrañable.
Invitamos a quienes conserven fotos, recuerdos o anécdotas de la Casa Kraitman a compartirlas: entre todos seguimos reconstruyendo la historia viva de nuestro pueblo.








